¿Tienes 50 y te cuesta adelgazar? Estos consejos te ayudarán a lograrlo
A partir de los 50, con la menopausia y demás cambios hormonales a las mujeres nos resulta más difícil adelgazar. Cuando se pasa de cierta edad, los cambios de nuestro cuerpo hacen que nos resulte muy difícil perder peso y uno de los principales efectos es la reducción de la hormona tiroidea, que hace que el metabolismo se vuelva mucho más lento.
Principalmente, hay dos hormonas que son las causantes de que engordemos, y con las que hay que tener más cuidado partir de cierta edad:
La insulina: se segrega al comer azúcares. Si consumimos pocas calorías, pero son principalmente azúcares, será más difícil perder peso y lo más probable que perdamos masa muscular.
El cortisol: es la segunda responsable de que engordemos, y se produce cuando padecemos estrés. Si hay exceso de esta hormona nuestro cuerpo acumula grasa.
Sin embargo, si somos conscientes de nuestros hábitos y nos informamos respecto a cómo funciona nuestro metabolismo podemos perder peso de forma sana y perdurable.
1. No consumir alimentos altos en grasas
Si a tu metabolismo ya le resulta difícil quemar grasas, intenta no dificultarle más el proceso. Las grasas se adhieren firmemente a las paredes de los músculos e implica mucha actividad física y esfuerzo eliminar solo una mínima parte de ella.
2. No consumir demasiadas frutas o verduras altas en azúcares
Si bien las frutas y verduras son el principal alimento que se nos viene a la cabeza cuando queremos bajar de peso, es importante conocer sus valores nutricionales, ya que, no todas resultan beneficiosas para nuestro cuerpo porque contienen niveles de azúcares altos y aumentan la insulina en sangre. Trata de evitar comer cebolla, berenjena, nabo, tomate, col morada, higo, fresa, granada, mandarina, sandia, etc.
3. Evita picotear
Todas hemos atravesado el proceso de hacer una dieta que implica una reducción en la ingesta de alimentos. Sin embargo, muchas veces la ansiedad nos juega una mala pasada y en cuestión de segundos nos encontramos “picoteando” cualquier cosa que encontramos. Tranquilas, es muy normal caer en esta trampa pero si vamos a picotear tratemos que sea un alimento no graso o con baja dosis de azúcares, para que luego no nos arrepintamos de lo que hicimos.
4. No te ejercites de manera extrema
El ejercicio es algo sumamente saludable para nuestra vida, nos mantiene activos y evita que se atrofie nuestro cuerpo. Sin embargo, como todo en la vida, si lo hacemos de forma excesiva se vuelve dañino. Trata de ejercitarte de manera moderada pero consistente, puedes salir a caminar, hacer yoga, spinning o pilates, pero asegúrate de no sobre exigirte ya que tu metabolismo segregará cortisol y volverás al punto de partida.
5. Aumenta la ingesta de proteínas
Los alimentos altos en proteínas son tus mejores aliados a la hora de perder peso, ya que no contienen muchas grasas, generan mucha saciedad y te permiten incrementar masa muscular. Puedes consumir carnes magras, leche, soja, huevos, avena, etc.
6. Bebe constantemente agua
No es casualidad que sea un hábito indispensable el consumo de agua en nuestro día a día, y es que nuestro cuerpo está compuesto en un 70% por agua, ya que es necesaria para que nuestro metabolismo funcione correctamente. Algunos beneficios de beber agua son mejoras en el sistema inmunológico, regula la temperatura corporal (ideal para los “sofocos” de la menopausia), mejora la digestión y evita el estreñimiento.
7. Duerme por lo menos 7 horas diarias
El sueño es un gran enemigo para el cuerpo, ya que el proceso metabólico se produce mientras dormimos y si no lo hacemos durante las horas necesarias estamos provocando interrupciones y alteraciones en él, al punto de que este empieza a producir la hormona ghrelina, que no sólo estimula el cerebro provocando un aumento del apetito, sino que también favorece la acumulación de lípidos en la grasa visceral, aquella que se sitúa en la zona abdominal y está considerada la más nociva.
8. Trata de cenar porciones pequeñas
Como ya les mencionamos, el metabolismo funciona mejor mientras dormimos, por lo tanto, si cenamos de forma “liviana” lo ayudamos a que no consuma demasiada energía en la digestión y logre finalizar el proceso en pocas horas y de manera eficiente. Algunas opciones de cena pueden ser: sopas de verduras, un vaso de yogur con cereales, ensaladas, lonchas de jamón (mejor si es de pavo) etc